ARIGlobal
Espacio de reflexión sobre la realidad internacional a cargo de docentes e investigadores vinculados al postgrado de relaciones internacionales y globales de la UCV. Opiniones, comentarios y reflexiones sobre distintos temas de la agenda internacional y de las relaciones exteriores de Venezuela que combina lo interméstico y global.
Espacio de reflexión sobre la realidad internacional a cargo de docentes e investigadores vinculados al postgrado de relaciones internacionales y globales de la UCV. Opiniones, comentarios y reflexiones sobre distintos temas de la agenda internacional y de las relaciones exteriores de Venezuela que combina lo interméstico y global.
FIDEL
CANELON*
Donald
Trump apenas supera el mes de gobierno y
no ha cesado de levantar polvaredas en la opinión pública de su país y el mundo
con sus polémicas e impredecibles
decisiones. Al hacer un primer balance
de su corta gestión, ya pueden deducirse los rasgos de lo que será su estilo de
dirección y liderazgo: el voluntarismo, la improvisación y la gran fuerza
emotiva que le imprime a todos sus actos, amén de una permanente política de
confrontación. Podría señalarse que eso no es de extrañar conociendo lo que fue
su campaña electoral. Pero estamos acostumbrados a que una cosa es una campaña
electoral (con sus estrategias y asesores, etc.) y otra cosa es la actuación de
un político como gobernante, cuando ya no necesita de poses y tiene que mostrar
otras habilidades y competencias.
Pues
bien, hemos constatado que no hay diferencias entre el Trump candidato y el
Trump gobernante, ni tampoco –seguramente- entre estos dos y el Trump
empresario: para desdicha de muchos, él siempre es el mismo. Por otra parte,
como un punto a su favor, todo esto
demuestra que es auténtico, uno de los aspectos de su personalidad que sin duda
es más valorado por sus partidarios.
En correspondencia con este estilo
de dirección, las marchas y contramarchas han estado –y estarán- en el orden
del día. Empezando por el primer decreto vetando la inmigración a siete países,
que, además de sus cuestionables objetivos, estuvo lleno de lapsus y errores
del tamaño de uno de sus edificios, como incluir dentro de los inmigrantes afectados a
los poseedores de la Green card, y poner a Irak dentro de los países objeto de la medida,
siendo un aliado de los Estados Unidos desde hace varios años, y quedando aún soldados norteamericanos en su territorio
luchando contra el Estado Islámico.
Por lo demás, Trump no esperó mucho
para ratificar o poner en ejecución varias de las políticas polémicas que había
anunciado en la campaña: el muro fronterizo con México –cuyas fuentes de
financiamiento todavía no están claras-; la derogación del Obamacare, que beneficia a
más de 20 millones de personas -incluidos 4 millones de hispanos- por un nuevo
sistema que tampoco está claro, pero que al parecer privilegiará a los seguros
privados; y el anuncio de acciones inmediatas contra los grandes fabricantes de
automóviles –imponiéndoles fuertes aranceles- como Toyota, de continuar sus planes de inversión en otros
países. Todo esto en consonancia con su prédica antiglobalizadora. Y, por si fuera
poco, anunció la derogación de una regulación de Obama que suspendía la venta
de armas para los enfermos mentales, una medida celebrada por la híperconservadora
Asociación Nacional del Rifle (NRA).
Lo cierto es que, contra viento y
marea, Trump seguirá adelante sin parar mientes en el consenso social, uno de
los grandes méritos de la administración Obama. Como todo líder carismático con tintes autoritarios,
él no quiere ese consenso, y está por verse si lo va a necesitar en algún
momento. Por lo pronto, más allá de las protestas que atraviesan el inmenso territorio
estadounidense, él está dando pasos para conseguir el apoyo efectivo de ciertas
élites políticas y sociales, en el marco de un proyecto político que se
inscribe dentro de la cultura Wasp. Varias de esas medidas que hemos mencionado
parecen haber bajado la resistencia de muchos congresistas republicanos que lo
adversaron en la campaña, como pudo observarse en los aplausos que recibió en
su Discurso en el Congreso.
De todas formas, aún
es muy temprano para saber si será capaz de imponer una nueva hegemonía,
hablando en términos gramscianos. Un largo camino de resistencias y de apelación
a los mecanismos institucionales de la democracia norteamericana, marcarán y
condicionarán sus iniciativas.
*Profesor FACES / EEII
@fidelcanelon
----------------------
Las opiniones emitidas por los articulistas son de responsabilidad individual y en ningún caso comprometen opiniones de la entidad que promueve este espacio
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
El contenido de este blog y todos sus recursos son de uso exclusivo del Área de Relaciones Internacionales Globales y tiene como finalidad promover la difusión de investigaciones de alto nivel académico de los cursantes y profesores del postgrado. Las opiniones expresadas en este blog son responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente la opinión de la Universidad Central de Venezuela y sus autoridades.