Espacio de reflexión sobre la
realidad internacional a cargo de docentes e investigadores vinculados al
postgrado de relaciones internacionales y globales de la UCV. Opiniones, comentarios y reflexiones sobre
distintos temas de la agenda internacional y de las relaciones exteriores de Venezuela que combina lo interméstico y
global
Alfredo Ordoñez López *
Uno de los aspectos más determinantes en el escenario
internacional es la productividad de los actores[1] y/o
agentes económicos para mantener el equilibrio político y económico en el
mundo. El aumento de las demandas internas y externas de los países, obligan a
sus respectivos gobiernos, tanto nacionales como supranacionales, a buscar
estrategias para la satisfacción de las necesidades y evitar mayores niveles de
desigualdad en la sociedad.
Esta situación se hace cada día más compleja[2].
El deseado equilibrio se presenta menos alcanzable para las naciones, en vista
de que las brechas tecnológicas, la cultura y la religión, entre otros factores
que inciden profundamente en las estructuras productivas de los países. De tal
manera que, países como Venezuela, con una clara dependencia comercial del
petróleo, mantiene una economía vulnerable ante las crisis internacionales
derivados de las fluctuaciones del precio del petróleo en el mercado
internacional. Sin embargo, y a pesar del claro problema que se presenta, la
sociedad venezolana sigue optando por mantener una estructura económica
monoexportadora, sin evolución, incapaz de enfrentar las perturbaciones
internas o externas. En consecuencia, nos obliga a buscar alternativas que
puedan activar la resiliencia en la economía venezolana para que ésta pueda ser
más productiva.
Alain Touraine (2005) resalta que "en la sociedad
actual existen, por una parte, fuerzas de destrucción de los actores sociales
que actúan invocando la necesidad natural y, frente a ellas, figuras del sujeto
(religiosas, políticas, sociales o morales) que resisten a la amenaza a la
libertad" (p. 31). En Touraine nos encontramos con un cambio de paradigma,
pues la actual situación mantiene a la organización social amenazada desde la
globalización, donde el mercado juega un rol fundamental.
De acuerdo a Moisés Naim (2014) "el poder se está
dispersando cada vez más y los grandes actores internacionales (gobiernos,
ejércitos, empresas, sindicatos, etcétera) se ven enfrentados a nuevos y
sorprendentes rivales, algunos mucho más pequeños en tamaño y recursos"
(p. 17), es por ello que a los gobernantes de hoy, se les hace difícil imponer
sus ideales y decisiones, pues la sociedad se ha desarrollado en estructuras
más multidisciplinarias, democráticas, y liberales.
Para Luis Mata Mollejas (2014) los cambios en la sociedad
humana para el mantenimiento de la vida y el incremento del bienestar social
son el resultado de los cambios en las interacciones entre la organización
sociopolítica, la organización económica y la organización tecnocientífica. La
visión expuesta por Mata, concuerda con la expuesta por Ricardo Hausmann y
Cesar Hidalgo, quienes explican que según la economía tradicional, el camino al
desarrollo para los productores de materias primas es el crecimiento
"aguas abajo", o agregar valor: si tienes árboles, intenta exportar
muebles, en lugar de madera. Su enfoque agrupa cosas muy diversas en grandes
magnitudes como “Producto Interno Bruto”, o “bienes de capital”; sin embargo,
para los autores antes citados las cosas no funcionan de esa manera. El mundo
está lleno de economías con distintos grados de complejidad: algunas producen
unos pocos bienes simples y otras muchos bienes complejos y diversos.
Para Hidalgo y Hausmann
(2009)[3] una posible explicación de la conexión entre la complejidad
económica y el crecimiento es que los países que están por debajo de los
ingresos esperados de su dotación de capacidad, todavía tienen que desarrollar
todos los productos que son factibles con sus capacidades existentes. Por lo
que podemos esperar que esos países puedan crecer más rápidamente, en relación
con aquellos países que sólo pueden crecer acumulando nuevas capacidades.
Hidalgo y Hausmann (2006)[4]
explican que una forma de describir el mundo económico es decir que las cosas
se hacen con máquinas, materias primas y mano de obra. Sin embargo, el
conocimiento juega un rol fundamental en la sociedad y por ende entre las
naciones. De tal manera, que alcanzar las metas para lograr el desarrollo
económico en el mundo de hoy depende
de la diversidad de conocimientos entre individuos y de su capacidad para
combinar este conocimiento, y hacer uso de él, a través de complejas redes de
interacción.
Los autores explican
que podemos distinguir dos tipos de
conocimiento: explícito y tácito. El conocimiento explícito se puede transferir
fácilmente leyendo un texto o escuchando una conversación, pero el problema es
que partes cruciales del conocimiento son tácitas y por lo tanto difíciles de
integrar en las personas, y por ello es difícil de que los países logren los
mismos niveles de desarrollo, entonces podemos concluir que el conocimiento
tácito es lo que restringe el proceso de crecimiento y desarrollo.
La base del desarrollo económico es el aumento en el
conocimiento productivo de un país. Los países poco desarrollados saben hacer
pocas cosas y en particular, cosas que muchos otros países saben hacer. Los
países desarrollados, en cambio, saben hacer muchas cosas y entre ellas cosas
complejas que pocos otros saben hacer. Para desarrollarse hay que acumular
conocimiento productivo y utilizarlo para hacer una mayor variedad de
productos más complejos (Schäfer, 2013).
El mundo está cambiando en el sentido de que la cadena de
valor de la manufactura se está globalizando y se están rompiendo las
diferencias entre manufactura, agricultura y servicios. Esto abre nuevas sendas
de desarrollo. Ahora ha llegado una
realidad inminente para Venezuela, y es que esta relación de dependencia
petrolera ha marcado el crecimiento y el rezago del sistema productivo
venezolano. Los Estados petroleros, y particularmente Venezuela, deberán
considerar la pertinencia de establecer una filosofía adecuada a la realidad
mundial, en donde los negocios de servicio y productos están concebidos en un
mercado global.
*Prof FACES/ ARIG
[1] Estados-Nación, Organismos
Internacionales, Organizaciones No Gubernamentales, Empresas Trasnacionales
(hoy globales), Individuo.
[2] "Una realidad es compleja
cuando resulta difícil de entender porque participan muchísimas variables que
interactúan intensa y rápidamente, provocando cambios acelerados en el sistema
y en su entorno, A medida que esa complejidad aumenta, se penetra en lo
caótico: las relaciones causa-efecto se desdibujan, los conceptos fundamentales
se hacen borrosos, la conflictividad crece, la incertidumbre se densifica, la
confianza se pierde y lo “normal” desaparece". (Castellano 2014: 390)
[3] Ver articulo completo en:
http://www.pnas.org/content/106/26/10570.full
[4]
http://atlas.media.mit.edu/static/pdf/atlas/AtlasOfEconomicComplexity.pdf
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