Espacio de reflexión sobre la realidad internacional a cargo de docentes
e investigadores vinculados al postgrado de relaciones internacionales y
globales de la UCV. Opiniones,
comentarios y reflexiones sobre distintos temas de la agenda internacional y de
las relaciones exteriores de Venezuela
que combina lo interméstico y global
Por Alfredo Ordóñez López
La llegada de Hugo Rafael Chávez Frías a la
presidencia de Venezuela en 1999 marcó un nuevo estilo de diplomacia ante una
dinámica internacional más compleja y en donde los principios de cooperación
económica y democracia representaban el eje central de las negociaciones
internacionales a finales del siglo XX. Ante ese escenario, en Venezuela se
promueve el Plan Bolívar 2000, que tenía como uno de sus objetivos promover la
Constituyente que culminó con la elaboración y aprobación vía referéndum de la
nueva Constitución de la República (1999).
Seguidamente, se incorporan las Líneas Generales para
el Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007, con la visión de fortalecer una integración
regional como garantía de desarrollo económico y crecimiento social, y de lograr un crecimiento económico
sustentado en un modelo diversificado y sustentable. Posteriormente, se presenta el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013, orientado
a la construcción del Socialismo del Siglo XXI, enmarcado en la refundación
ética y moral de la nación, fundamentada en la justicia social, la equidad y la
solidaridad entre los seres humanos y las instituciones de la República. El
Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007 describe lo que sería la nueva geopolítica
mundial "La construcción de un mundo multipolar implica la creación de
nuevos polos de poder que representen el quiebre de la hegemonía del
imperialismo norteamericano, (...)", priorizando como áreas de interés
geoestratégico América Latina y el Caribe, Irán, Siria, Bielorrusia, Rusia,
China, Vietnam, Malasia, Europa, África, y la organización de Países
Exportadores de Petróleo. En esencia, se planteó un cambio estratégico con
nuevas alianzas geopolíticas[1] y el quebrantamiento con los socios comerciales tradicionales de
Venezuela, como lo fue con Estados Unidos, Colombia y la salida de la Comunidad
Andina de Naciones (CAN).
Este cambio estratégico
terminó de paralizar el aparato productivo, dejándola más dependiente de la renta
petrolera, y ubicándola con el menor Índice de
Complejidad Económica de América Latina. Se disipó la capacidad exportadora diversificada
por la mala gestión en las políticas macroeconómicas y la preferencia por lo
“hecho afuera” (importaciones). De igual forma, el Índice de Competitividad
Global, elaborado por el Foro Económico Mundial, presenta a Venezuela con penas
3,30 puntos ubicándola en el puesto número 132 de 142 países del ranking.
De acuerdo con Amartya Sen, la “industrialización,
el progreso tecnológico o la modernización social pueden contribuir
significativamente a expandir la libertad del hombre", entendiéndose la
expansión de las libertades reales como el desarrollo del individuo. Estas libertades no fueron promovidas por la
administración bolivariana, pues el socialismo del Siglo XXI en esencia rompe
con las libertades del individuo, es decir, las libertades económicas y políticas.
En tal sentido, y tal como
lo expresa Ángel García Banchs en
el año 2013, Venezuela perdió una de las
mejores oportunidades para su transformación y desarrollo: la mayor bonanza
petrolera de nuestra historia. Definitivamente, un desastre antes inimaginable[2].
Políticamente, los
resultados de la diplomacia bolivariana se pueden evaluar en la administración
de Nicolás Maduro, quien se aleja de la realidad internacional y se acopla a
una diplomacia mesiánica, bajo un discurso injurioso, inconsistente y vulgar en contra
de cualquier actor internacional que se atreva a criticar las acciones no
democráticas y violatorias de los derechos humanos del gobierno venezolano. El
mal manejo del arte de la diplomacia por parte de la administración bolivariana
no sólo destruyó el profesionalismo institucional que caracterizaba al
Ministerio de Relaciones Exteriores en los últimos 40 años de democracia, sino
también rompió con la imagen de una nación defensora de la Democracia y promotora
de la cooperación global.
La administración bolivariana inició con un fuerte protagonismo
internacional por su nuevo estilo discursivo, pero dada la deslealtad ante sus
socios comerciales tradicionales, la morosidad ante sus acreedores; incumplimiento
de promesas; negociaciones corrompidas; caída de los gobiernos aliados de
izquierda de la región; y una diplomacia petrolera que no previó el desplome
del precio del petróleo en el mercado internacional, ha ocasionado que el
protagonismo del gobierno de Venezuela sea de un sistema corrupto,
narcotraficante, violatorio de los derechos humanos, incompetente y
antidemocrático.
En definitiva, la llegada del gobierno bolivariano significó para la
política exterior del Estado venezolano, un cambio de estilo enmarcado en un
discurso desvirtuado de la realidad internacional. La administración
bolivariana impidió que Venezuela rompiera la dependencia de la renta petrolera
y de los altos niveles de importaciones, causando una nueva dependencia ante la
hegemonía de China; por lo que el resultado de la política exterior del
gobierno bolivariana fue el de hipotecar el futuro de las relaciones económicas
internacionales de Venezuela.
*Profesor FACES/ /ARIG/Economía
Twitter: @alf_ord
[1] Se
entiende como geopolítica la disciplina que estudia y aborda la situación
política de un lugar y lo asocia con la geografía que está implicada.
[2] La
economía en los 13 años de Chávez. Ver
articulo completo en: http://www.eluniversal.com/opinion/120206/la-economia-en-los-13-anos-de-chavez
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