jueves, 27 de julio de 2017

ARIGlobal: CARICOM-ONU y el tic tac del reloj para el Esequibo

Espacio de reflexión sobre la realidad internacional a cargo de docentes e investigadores vinculados al postgrado de relaciones internacionales y globales de la UCV.  Opiniones, comentarios y reflexiones sobre distintos temas de la agenda internacional y de las relaciones exteriores  de Venezuela que combina lo interméstico y global

Mirna  Yonis *


The concerns of the Caribbean are the concerns of the United Nations (Ban Ki Moon 23 Julio 2013)



El seguimiento de los eventos asociados a las regiones de estudio nos cruzó con la noticia de la Novena reunión bienal CARICOM-Naciones Unidas, celebrada en Nueva York el pasado 20 de julio, la cual contó con la presencia de los Secretarios Generales de ambas organizaciones: Irving La Roque y Antonio Guterres, respectivamente. Resulta relevante en lo informativo y en lo diplomático ya que, por una parte, revela acción específica del compromiso asumido por los mandatarios caribeños en su reciente cumbre realizada en la Isla de Grenada. Por la otra, porque renueva la preocupación en torno a la diplomacia venezolana.

Delimitemos el contexto para nuestra reflexión asociada a la numerología. Primero, son nueve reuniones bienales de un mecanismo de coordinación política del nuevo milenio. Para la región caribeña, es un logro estratégico el reconocimiento de la vulnerabilidad de los estados y naciones insulares en desarrollo, y del compromiso con la agenda post 2015. Segundo, Guyana, uno de los miembros fundadores de CARICOM. Cada año, desde 1982, ha ganado el apoyo de sus pares del bloque el apoyo incondicional e irrestricto a su soberanía e integridad territorial, cuya documentación se remite a la ONU.

Esto nos lleva a destacar la visibilidad de CARICOM en el foro mundial y, en consecuencia, una ventaja diplomática en el relacionamiento como bloque con la estructura de las Secretaría General de la ONU. De allí que resulte de vital importancia la evaluación estratégica que pueda hacerse sobre la región para las relaciones exteriores de Venezuela en el Caribe y en el caso particular de la controversia por el territorio Esequibo. Esto se torna más álgido, con la aceptación del informe presentado por el Secretario General saliente Ban Ki Moon de  mantener por el año 2017 la figura de Buenos Oficios con mandato de mediación, y que en caso de no llegar a alguna propuesta concreta quedaría en manos del Secretario General actual Antonio Guterres, el envío del caso a la Corte Internacional de Justicia.

Los elementos procedimentales y jurídicos internacionales son pertinentes ya que es contraproducente la remisión de un caso a una tercera instancia que no sea previamente aceptada por las partes involucradas, pero lo cierto es que desde el punto de vista diplomático el reloj sigue corriendo y la situación interna en Venezuela sigue desplazando la atención de la Cancillería venezolana en la ganancia de votos para no discutir el tema de la crisis política en cualquiera de los escenarios multilaterales, pero una marginal acción diplomática en el expediente de la controversia por el Esequibo.

La frecuencia de relacionamiento de la región y el énfasis sobre el tema de la vulnerabilidad de los pequeños Estados es un punto sustantivo, entre otros, para señalar la ausencia de contrapeso en la estrategia diplomática de Venezuela con el tema del Esequibo a través de su Misión Permanente en Nueva York. Lamentablemente, esta Delegación ha estado en la mirilla dada la renuncia de su Ministro Consejero y  las subsecuentes declaraciones de crítica gubernamental ante los medios de comunicación internacional.

Quisiéramos equivocarnos y dar el beneficio de la duda sobre el ‘descuido’ diplomático con la agenda Guyana, en lo bilateral, lo regional caribeño y en lo global asociado al Secretario General de la ONU. En casos “delicados” son conocidas las conversaciones y acercamientos con nula visibilidad para el público en general (inclusive para los analistas), pero la Diplomacia Digital a través de las Web y cuentas oficiales en redes sociales revela la estrategia abierta de la Diplomacia Guyanesa en el seno de CARICOM, la cobertura en la recepción del Buen Oficiante, Dag Nylander, y los encuentros del Presidente de Guyana con al anterior y con el actual Secretario General de las Naciones Unidas, así como las declaraciones oficiales de su Canciller sobre el tema de la controversia por el Esequibo. Si a esto le sumamos las informaciones a las que no se les da cobertura en medios nacionales sobre las inversiones que tanto Exxon como otras empresas están “asegurando” para el desarrollo energético petrolero con nuevas técnicas de explotación costa afuera en el llamado Bloque Stabroek, se incrementa nuestra aprehensión sobre la estrategia seguida por la Cancillería y Gobierno venezolano.

Seguramente la crítica a esta reflexión sea la mirada del otro, del interlocutor llamado Guyana, y no de las acciones desde Venezuela. Es pertinente señalar que hemos formulado otros textos, participado en foros, grupos de trabajo y distintas reuniones como las del Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales (COVRI). Se han formulado recomendaciones más allá de la polarización y diatriba política. Incluso en la fecha más reciente con la designación del nuevo Buen oficiante y en las dos visitas que hiciera el diplomático a ambos países, se alertó de la urgencia de corregir el error de aceptar el reloj de tiempo del año 2017 para el agotamiento del mecanismo del Buen Oficiante. De manera pública no hay declaración en las web ni en las cuentas oficiales de Cancillería y del nuevo Canciller venezolano que nos indique lo contrario.

La refractaria información sobre este tema de la controversia por el Esequibo frente a Guyana, nos conduce a interpretar, por ahora, que no hay ningún cambio en la estrategia de dejar correr el reloj hasta mediados de diciembre, posiblemente para activar una diplomacia ‘navideña’. La crisis interna y la injerencia externa parecen la única respuesta gubernamental a todo reclamo de política pública como la de relaciones exteriores. Posiblemente, los colegas, amigos e interesados tienen algunas otras interpretaciones. Son bienvenidas para la discusión. Mientras tanto sigue el tic-tac del reloj!

Profa  FACES / ARIG
@mirnayonis



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martes, 18 de julio de 2017

ARIGlobal: Accidentada mediación de la CARICOM. Tropiezos diplomáticos



Espacio de reflexión sobre la realidad internacional a cargo de docentes e investigadores vinculados al postgrado de relaciones internacionales y globales de la UCV.  Opiniones, comentarios y reflexiones sobre distintos temas de la agenda internacional y de las relaciones exteriores  de Venezuela que combina lo interméstico y global

Mirna Yonis *




El titular en un medio de comunicación digital caribeño en inglés llama nuestra atención “Invitación a la CARICOM para mediar en Venezuela se pierde en el correo” (Invitation to CARICOM to mediate in Venezuela gets lost in mail) del lunes 17 de julio en www.caribbeannewsnow.com. Tomando en cuenta la vecindad geográfica con Grenada, las simpatías gubernamentales entre los dos países y la versatilidad que brindan las tecnologías de información y comunicación para una Diplomacia 2.0 o Diplomacia Digital, es inevitable la sorpresa como primera impresión al pensar en la Carta de un Presidente perdida en el correo.


El segundo paso es la prudencia con algunas preguntas que invitan a la discusión: ¿Qué pasó con la carta enviada por Nicolás Maduro (7 Jul) a Grenada  proponiendo una reunión los días 11 o 12 de julio, que llega a Keith Mitchell un día después de la fecha de invitación? ¿Dónde se dio el retraso? ¿Vuelos? ¿Valijas diplomáticas? ¿En Caracas o en San Georges? ¿Por qué la diferencia entre la fecha de envío y la de llegada al destinatario final es mayor de cuatro días?  Y es posible que se pregunte además ¿Quién o quiénes retuvieron la carta que debió ser entregada con celeridad dadas las fechas propuestas?  

No obstante,  la pregunta clave es ¿Por qué Nicolás Maduro envía esta carta de invitación? Aquí se abre el tercer paso, con los comentarios. Si bien la Situación de Venezuela ha generado puntos de quiebre en la diplomacia de los caribeños para lograr una posición concertada en el seno de la OEA (Consejo Permanente, Consulta de Cancilleres, Asamblea General)  y dentro de la misma CARICOM (Consejo de Relaciones Exteriores y Reunión de Jefes de gobierno), es innegable que el bloque ha sido consistente en su “adhesión al estado de derecho, respeto a los derechos humanos y la democracia, así como a los principios fundamentales de no intervención y no injerencia en los asuntos internos de los Estados” y en su “disposición a establecer un grupo o mecanismo de mediación”.  Sin hacer justicia al contexto analítico, esto puede observarse  en la propuesta de declaración que presentó el grupo de países de la CARICOM en la Reunión de Consulta de Cancilleres de la OEA, el 31 de mayo en Washington y reiterada por la delegación de San Vicente y las Granadinas el 19 de junio en Cancún.

Volviendo a la nota de la ‘carta extraviada’, es necesario leer entre líneas y colocar de fondo el mandato de la Declaración sobre Venezuela de la CARICOM del pasado 7 de julio: “los Jefes de Gobierno de la CARICOM ofrecieron sus buenos oficios para facilitar este diálogo” y “… encomendaron al Presidente de la Conferencia que se comunicara con las partes interesadas en Venezuela sobre esta oferta”.  Siendo así, la Secretaría de Asuntos Exteriores de Grenada se colocó en una situación embarazosa, al no dar señales frente a la inoportuna carta de Nicolás Maduro; posiblemente por la sorpresa y por el ritmo que toma la consulta diplomática en la CARICOM ante el delicado tema de la Situación de Venezuela. Podemos inferir un traspié diplomático por parte de la Cancillería y Gobierno Venezolano,  por la impaciencia (o interés) de esperar que el Primer Ministro de Grenada hiciera los contactos con las partes involucradas para intercambiar los términos de la posible mediación y así poder enviar comunicación formal con la oferta de la CARICOM.

Esta ‘posición adelantada’ de Venezuela no se observó con Dag Nylander como Buen Oficiante, designado por el Secretario General de la ONU para la controversia con Guyana por el Esequibo, por lo que el “error diplomático” podría ser una de las opciones a las que juegan interesadamente el gobierno de Nicolás Maduro y el nuevo Canciller en la relación de Venezuela con los países de la CARICOM.

Internacionalista
Profa ARIG y EEI/ FACES-UCV
@mirnayonis



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martes, 11 de julio de 2017

ARIGlobal: ¿Comercio justo?




Espacio de reflexión sobre la realidad internacional a cargo de docentes e investigadores vinculados al postgrado de relaciones internacionales y globales de la UCV.  Opiniones, comentarios y reflexiones sobre distintos temas de la agenda internacional y de las relaciones exteriores  de Venezuela que combina lo interméstico y global


Felix Arellano *



El tema del libre comercio sigue generando gran expectativa, como se puede apreciar en algunos eventos que han ocurrido recientemente y se espera que se convierta en uno de los temas polémicos, junto al cambio climático, en la Reunión del Grupo de los Veinte, que se efectuará en Hamburgo, Alemania, los días 7 y 8 de julio. Evento en el que seguramente algunas delegaciones harán referencia al tema del comercio justo, seguramente el Presidente Trump quien, con gran manipulación, hace constante referencia al termino; pero, otros radicales, como el Foro de San Pablo, también vociferan con el concepto y, lo que observamos, es un falso discurso que poco o nada avanza en su desarrollo conceptual y en la necesaria y efectiva aplicación práctica del comercio justo.

En efecto, el libre comercio ha destacado en la agenda económica internacional, entre otros, pues la Unión Europea y Japón han entrado en la fase final de la negociación de un acuerdo de libre comercio, que esperan firmar en el corto plazo. Los críticos ya han cuestionado la falta de transparencia y el menosprecio a temas sociales y ecológicos. También el tema ha sido el centro de atención en la Cumbre de Jefes de Estado de la Alianza del Pacifico, que se efectuó en Cali, Colombia el pasado 29 de junio.

El incipiente bloque de la Alianza del Pacifico, formado por Chile, Perú, Colombia y México en el 2012, va evolucionando con gran optimismo, liberando ampliamente sus mercado a bienes, servicios, capitales y personas y, en esta oportunidad, han dado un paso de avance estratégico al crear la figura de países asociados. De la larga lista de interesados que incluye más de veinte países, han conferido el estatus de asociado a: Australia, Canadá, Singapur y Nueva Zelanda. Todo pareciera indicar que estos cuatro pujantes países latinoamericanos aspiran ir cubriendo el vacío que se ha generado con el rechazo del Presidente Trump al mega acuerdo comercial Transpacífico.

La reunión de la Alianza del Pacifico, rompe con la desconfianza que está reinando en la comunidad internacional frente al libre comercio, por los agresivos ataques que está promoviendo el Presidente Trump, lo que resulta en una interesante y compleja paradoja, pues la reactivación y transformación del libre comercio mucho se debe a la agresiva negociación de acuerdos de libre comercio, que desde la década de los noventa, ha promovido el gobierno de los Estados Unidos, en particular los gobiernos del partido republicano. Sorprendentemente, en este momento, con un Presidente y un Congreso republicanos encontramos un discurso de rechazo al libre comercio.

En el discurso crítico que promovió Donald Trump en su campaña electoral, ha responsabilizado equivocadamente a los acuerdos de libre comercio como causantes de los problemas sociales de su país, proponiendo como alternativas el proteccionismo y un comercio justo. Coincidencialmente, los radicales populistas en nuestra región, como el Partido de los Trabajadores en Brasil o el Movimiento Bolivariano en Venezuela, también han satanizado el libre comercio y han respaldado el proteccionismo comercial, manipulado también la tesis del comercio justo. Como se puede apreciar los radicales tienden a coincidir.

El discurso crítico toma algunos elementos de la realidad, pero los manipula. Es evidente que una apertura comercial acelerada y sin mecanismos de equidad, puede afectar seriamente a sectores sensibles de las economías. Adicionalmente, los países más débiles también enfrentan mayores retos ante la apertura comercial. Tales situaciones se pueden atenuar con eficientes mecanismos de equidad, pero no con el cierre de las economías, que en el fondo incrementan la pobreza.

Por otra parte, los discursos críticos que se radicalizan manipulan la tesis del comercio justo; por ejemplo, el Presidente Trump cuestiona que con el libre comercio otros países exportan más al mercado norteamericano, pero no enfrenta los problemas de competitividad que afectan a su economía y, cuando propone el comercio justo, en el fondo está promoviendo un comercio hegemónico, donde solo pueda ganar su país en detrimento del resto del mundo. Los populistas radicales, como el proceso bolivariano, cuestionan el libre comercio a los fines de destruir los potenciales resultados positivos del comercio en la generación de bienestar social, pues eso consolida el régimen de libertades que ellos aspiran destruir.

No es el proteccionismo ni la destrucción del libre comercio lo que permitirá generar mayor bienestar social, la tarea debería enfocarse en enfrentar las inequidades que puede generar el libre comercio, y para ello se debería promover una revisión exhaustiva de los mecanismos de equidad, tales como: el trato especial y diferenciado, los mecanismos de protección temporal y los mecanismos de flexibilidad en el comercio; a los fines de afrontar los problemas de los sectores más débiles de las economías o las crisis coyunturales que todo país puede llegar a enfrentar.

Prof FACES  ARIG  / EEI


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miércoles, 5 de julio de 2017

ARIGlobal: Venezuela, 2017



Espacio de reflexión sobre la realidad internacional a cargo de docentes e investigadores vinculados al postgrado de relaciones internacionales y globales de la UCV. ---- Opiniones, comentarios y reflexiones sobre distintos temas de la agenda internacional y de las relaciones exteriores   de Venezuela que combina lo interméstico y global.

Johanna Perez  Daza* 



Me duelen los ojos. Los cierro y aprieto, intentando contener las lágrimas. No puedo. Se escapan y bajan por mis mejillas en una caricia lenta y suave que no me consuela. He visto tanto, el dolor salta de la imagen y me traspasa. Deja su quietud para taladrar mis entrañas. ¿Cuánto he visto? ¿Cuánto falta por ver? 

Evito sensacionalismos, me escurro de la insensibilidad. Trato, pero es en vano. Sigo mirando. Una imagen y otra. Tragedia y sangre. La foto de un joven tendido en el piso, su pecho abierto y una sonrisa quieta modelando su rostro.

Sobre una moto otro se va desangrando. Gritan los compañeros, los de muchos años y los de pocos instantes. Llora la madre. Llora el país. Una foto más.

Era músico, violinista. Mi hija canta y aprende a tocar flauta. Las fotos se confunden en mi cabeza, se mezclan, pululan y engendra nuevas imágenes. Me duelen los ojos, no quisiera ver todo lo que he visto.

Cientos de velas retan la noche. Fragmentos de fuego espantan la oscuridad. Hay frío. Un altar y algunas flores. Fotos con los rostros de los caídos. Son tantos. Son tan jóvenes.

Me detengo en una imagen: camisa beige, insignia escolar. Sonríe. Identifico el lugar. He estado ahí. Mi hija lo recorre a diario. Es el mismo colegio. Se me hiela la sangre. Lloro. Sigue oscuro, aún no amanece, las imágenes se enmarañan. Pensamientos, hechos, temores e imaginación ¿dónde terminan? ¿qué los separa?

Empezaba estudios en la universidad. ¿Me toparé con su puesto vacío? ¿Acaso estuvo en esta aula? ¿Coincidiríamos en el pasillo de ingeniería o atravesando Tierra de Nadie? Una punzada directa, certera y aguda. Me duelen los ojos, pero no puedo dejar de mirar. Arden, queman, pican y todavía no se esparce todo el gas.

¿Qué cambia una foto? Me cambia a mí. ¿Transforma algo? Transforma mi interior, trastoca mi intimidad, devela mis sentimientos. Me duelen los ojos pero más me duele el pecho, se me quiebra el alma, se me encoge el corazón.

¿Para qué hacerlas? Son fotos crueles. Más cruel es la realidad que las genera.
¿Y si cierro los ojos? La realidad seguirá allí, su existencia es independiente de mi mirar.
¿Otro disparo? Si. ¿Fue un fusil o una cámara? ¿Te das cuentas que las dos son armas?

La fotografía me interpela, me ofrece más preguntas que respuestas ¿cuántas atrocidades caben en una toma? ¿con qué lente se trabaja la esperanza? ¿a qué distancia me sitúo? ¿desde qué ángulo se confronta al poder? ¿cuánto más debo mirar?

Otra más. Uno más. ¿para qué contarlos? Son cifras, son vidas. Imágenes de la ausencia y la represión, violencia y fatalidad. ¿capturan la muerte o el último instante de la vida?
Bombas, balas… ¿metras? ¿con las qué jugábamos? Si, quienes dispararon también jugaron con ellas. ¿Está mal voltear la mirada de vez en cuando? Hay momentos en los que no quiero mirar. ¿cuántos muertos se añadirán mientras cierro los ojos? Recuerdo: nada tienen que ver con mi mirar.

20, 17, 19, 34, 21, 47, 23… años. Pernalete, Cañizales, Arellano, Carlos, Paola, Danny, Paúl, Almelina, Neomar… hijos, hermanos, padres. Estudiantes, oficiales, comerciantes. Números y nombres, filiaciones y ocupaciones. Conforman un retrato. Diferentes planos, composiciones y encuadres para enfocar una escena continuada que gangrena la piel del país. Me duelen los ojos, creo que también van a sangrar.

¿Álbum o galería? No importa. Hay de todo y para todos.

            La foto punitiva que identifica y criminaliza. Prueba y evidencia. La imagen que culpa e incrimina.

La foto espectáculo que se viraliza y nos confunde. Perdemos el foco, nos distraemos en ella y caemos en la trampa.
La foto tentadora para la que todos posan. El show al que nadie se resiste. La seducción de mostrar, aparecer y exhibirse.
La foto emocional que conmueve, sin informar. Imprecisa y descontextualizada, apela a nuestros imaginarios y significaciones culturales.
La foto censurada que por prohibida será más llamativa, buscada y divulgada por vías alternas teniendo mayor alcance y promoción.
La foto fabricada, sigilosamente estructurada. Intencionada y maliciosa se desliza sin pudor, despojada de escrúpulos y principios. En ella, el fin justifica –y construye- los medios.
¿Memoria o saturación visual?  No importa. Hay de todo y para todos.


Me duelen los ojos. Ya no importa. Es peor el dolor en mi alma. 

                                        Foto: Gabriel Osorio / Caracas 2017

*Profa   ININCO / ARIG


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