miércoles, 30 de enero de 2019

ARIGlobal: Venezuela y el consenso europeo



Espacio de reflexión sobre la realidad internacional a cargo de docentes e investigadores vinculados al postgrado de relaciones internacionales y globales de la UCV.  Opiniones, comentarios y reflexiones sobre distintos temas de la agenda internacional y de las relaciones exteriores  de Venezuela que combina lo interméstico y global



Lucía Galeno*




La UE ha seguido con mucho detenimiento la situación en Venezuela a través de su Alta Representante para la Unión de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad (AR), Federica Mogherini, emitiendo diferentes declaraciones que dejan sentada su postura acerca de la crisis en el país, siempre llamando a una solución pacífica, democrática y apegada al orden constitucional. No obstante, a raíz de los hechos acaecidos desde el 2017, la UE ha fijado una posición más crítica y determinante contra el Gobierno de Nicolás Maduro, como el desconocimiento de las elecciones presidenciales de mayo de 2018.

Ya Mogherini había informado, a apropósito de la conformación de la Asamblea Constituyente, que no reconocería a este órgano debido a las dudas surgidas respecto a su legitimidad y efectiva representatividad”, expresando, además, su reconocimiento y apoyo a la Asamblea Nacional (AN), como poder legítimamente electo. Fue justo en el 2017, cuando los demás poderes del Estado arreciaron el cerco a las funciones y competencias de la AN, único poder no controlado por la tendencia política favorable al Gobierno. Otro factor que ha influido en la postura de la UE es la violación de los DDHH por parte de los cuerpos de seguridad del Estado durante todo el lapso de protestas de calle, que dieron origen a numerosas denuncias.

A inicios de 2019, con miras a la nueva toma de posesión de Maduro, el recién electo Presidente de la AN, Juan Guaidó, asumió las funciones de Presidente de la República Encargado, ante lo que la AN ha denominado “la usurpación” de dicho cargo por parte del sucesor de Chávez, partiendo para ello, del no reconocimiento de las elecciones de mayo de 2018 con  base en  el art. 233 de la CRBV. En este sentido, la UE se encuentra definiendo una posición que cada vez es más clara en apoyo a las acciones de la AN y su Presidente, sin embargo, está el punto central del reconocimiento o no de Guaidó como Presidente de la República Encargado, paso que ya ha sido dado por EEUU, los países del Grupo de Lima, Israel, Australia y países europeos como Reino Unido, Suiza, Albania, Kosovo, entre otros actores.

Aquí es necesario precisar que, más allá de la Política Exterior particular de cada país soberano de la UE, este ente opera como un actor aparte en el escenario internacional que busca ser la expresión de una política común de sus miembros en los diversos temas de interés. El fijar una posición como el reconocimiento a Guaidó pasa por poner de acuerdo a sus miembros, consenso difícil de construir en un escenario en el que, además de las fuerzas políticas de izquierda que pudieran ejercer algún tipo de apoyo a Maduro, existe la necesidad de cuidar las formas en el seguimiento de los procesos legales. Al respecto, en ciertos sectores europeos, surge la duda debido a la consideración hecha por algunos de una “autoproclamación”, asunto que pasa a ser materia de interpretación del texto constitucional. Siendo la UE a través de su AR, el órgano que representa la unanimidad del criterio de sus integrantes, resulta más que conveniente que la respuesta resulte de una discusión filtrada, clara y que no contradiga la postura de ninguno de sus miembros.

Hasta ahora, hay consenso en el llamado a la realización de elecciones libres, democráticas y con condiciones, pero no para el reconocimiento a Guaidó, aunque las declaraciones de Mogherini revelen la voluntad mayoritaria de efectuarlo, en caso de no concretarse una respuesta viable de parte de la administración de Maduro en los próximos días. En ese camino, la postura fijada por Alemania, Francia, España y Portugal de dar un plazo a Maduro para convocar elecciones, pareciera ser la de caballos que “tiran de la carreta” de la UE en la dirección del reconocimiento. No obstante, habría que esperar si se imponen otras propuestas como la de un nuevo proceso de diálogo con “garantías”, en el que la UE podría ser participe o, si finalmente, cada país toma su decisión individualmente.

Profa. Cátedra de Historia, EEI-UCV






martes, 15 de enero de 2019

ARIGlobal: La resistencia civil y el poder de la No violencia



Espacio de reflexión sobre la realidad internacional a cargo de docentes e investigadores vinculados al postgrado de relaciones internacionales y globales de la UCV.  Opiniones, comentarios y reflexiones sobre distintos temas de la agenda internacional y de las relaciones exteriores de Venezuela que combina lo interméstico y global



María Gabriela Mata Carnevali




Solo los medios justos producen resultados justos
 Mahatma Gandhi

La resistencia civil es una forma de acción política consistente en la ejecución de estrategias que no conllevan violencia contra el adversario con el que se sostiene un conflicto, sino que se orientan a seducir a la opinión pública para que voluntariamente decida no seguir obedeciendo o colaborando con él. Tres atributos han hecho la diferencia entre el éxito y el fracaso de los movimientos no violentos alrededor del mundo: unidad, planificación, y disciplina no violenta.  Atención Venezuela.


El éxito de movimientos pacíficos alrededor del mundo con protagonistas y causas tan diversas como la humanidad misma, va contra la suposición de que el poder en última instancia proviene del monopolio de la violencia. Si esta suposición fuera completamente correcta, ni Gandhi ni Mandela ni tantos otros que siguieron su ejemplo, habrían podido triunfar contra sus temibles adversarios.

Según Hardy Merriman (2010), si aceptamos el axioma que dice que en la política "el poder nunca es dado, siempre es tomado", la conclusión es que los movimientos históricos no violentos han tenido éxito porque, de algún modo, ejercieron un poder mayor al de sus oponentes: el poder de la No violencia.

Las huelgas, los boicots, las manifestaciones de masas y el establecimiento de instituciones paralelas junto a otras muchas acciones creativas, fueron los instrumentos usados para lograrlo.  

Por nuestra coyuntura, cabe hablar de la figura de los gobiernos en el exilio. Durante la Segunda Guerra Mundial, numerosos gobiernos y monarcas europeos, ante la expansión de la Alemania nazi, se vieron forzados a buscar refugio en el Reino Unido, estableciendo allí sus gobiernos en el exilio.

La eficacia de un gobierno en el exilio depende principalmente del apoyo que pueda obtener de gobiernos extranjeros, por una parte, y de la población de su país, por el otro. Algunos gobiernos en el exilio pueden convertirse en una fuerza formidable, lo que representa un grave problema para el rival en la posesión efectiva del país, mientras que otros se mantienen principalmente como un gesto simbólico con poco efecto sobre la situación real. Ejemplo doloroso: el Tibet.

¿Dónde está la clave del éxito? Obviamente cada caso es distinto; sin embargo, pareciera haber acuerdo en que para que la resistencia tenga éxito hay tres elementos que no deberían faltar: unidad, planificación y disciplina.

La unidad es importante porque los movimientos no violentos sacan su fuerza de la participación de la gente. Los números importan. Entre más gente apoye un movimiento, más clara es su legitimidad, poder, y el repertorio táctico. Los movimientos efectivos han tenido que abrirse incluso a los que deciden desertar de las filas de su opositor. El movimiento anti apartheid en Sudáfrica (1955-1992) fue capaz de recoger apoyo extendido y de crear la unidad para la causa del cambio, aún entre algunos partidarios blancos quienes inicialmente habían apoyado el sistema de desarrollo separado. El premio Nobel de la paz compartido por Mandela y el entonces presidente F.W. de Klerk da cuenta de cómo el sentido histórico de estos dos hombres pudo impedir una guerra civil que se consideraba inevitable.

La planificación estratégica juega un rol capital. No se puede vencer a un oponente armado únicamente por los actos espontáneos e improvisados de resistencia, incluso si tales actos son bien ejecutados.  Un caso que se suele citar en este sentido es el de Polonia en la década de los 80 y el rol crucial jugado por Lech Walesa para dirigir y apoyar la huelga general espontánea que prendió al país, en aquel entonces sometido a un régimen comunista.  Lo logró gracias a la creación del Comité de Coordinación de Huelga (Międzyzakładowy Komitet Strajkowy), que más tarde legalizaría como Comité de Coordinación Nacional del Sindicato Libre Solidaridad, plataforma que lo llevó a la presidencia de la República.

Finalmente, una estrategia solo es eficaz si es ejecutada de un modo disciplinado. El riesgo más grande para los movimientos de este tipo es que algunos miembros puedan hacerse violentos, o que haya infiltrados que inciten a la violencia. Por lo tanto, la disciplina no violenta - la capacidad de la gente para permanecer no violenta, aún ante provocaciones- debe ser objeto de campañas durante la lucha.

Recientemente, el gobierno de Macron en Francia ha usado la violencia observada en París y en otros lugares para afirmar que el movimiento de los chalecos amarillos es ilegítimo y antidemocrático. La acción no violenta niega a las autoridades esta línea de ataque. Por el contrario, la violencia utilizada contra los movimientos pacíficos ayuda a construir su propia legitimidad y obtener respaldo mundial.

Los ojos del mundo están puestos en Venezuela. La cita es el 23 de enero. Hay demasiado en juego. Para que el resultado sea el esperado habrá que tener en cuenta las lecciones de la historia.

@mariagab2016


Una mujer, parte de los "chalecos amarillos" grita consignas subida a un semáforo durante una protesta en los Campos Elíseos en París, Francia. EFE