Espacio de reflexión sobre la realidad internacional a
cargo de docentes e investigadores vinculados al postgrado de relaciones
internacionales y globales de la UCV. Opiniones, comentarios y
reflexiones sobre distintos temas de la agenda internacional y de las
relaciones exteriores de Venezuela que combina lo interméstico y global
Mirna Yonis *
El reciente anuncio de la
Cancillería de la República Dominicana sobre la ruptura de relaciones
diplomáticas con Taiwán y el inicio de relaciones diplomáticas con la República
Popular China, es una buena excusa para reflexionar sobre la relación de los
países del Caribe y su relación con los centros de poder de la geopolítica
mundial.
El Caribe es una región diversa, de cuya
complejidad dan cuenta los debates, a los que hemos hecho referencia en
otras oportunidades, sobre cómo se
define la región Caribe en relaciones internacionales. La historia, herencia
colonial y el juego geopolítico forman parte de los procesos más contemporáneos
de las relaciones internacionales de esta región.
El juego geopolítico en el Caribe
en el siglo XX, después de la segunda guerra mundial pareció marcado primero
por la redefinición de la presencia
europea y de Estados Unidos en la zona, situación que cambió en la década de
los sesenta con las protecciones y alianzas generadas a partir de la Revolución
Cubana con Rusia. La presencia de China en esta región emerge al compás de los
cambios en la geopolítica mundial y de la propia China en los años 90.
La existencia de dos países
(República de Taiwan y República Popular China) que reclaman la legitimidad de
ser China plantea disyuntivas protocolares para las relaciones internacionales,
puestos que sus posiciones excluyentes condicionan la posibilidad que la
comunidad internacional pueda tener relaciones diplomáticas con ambos estados
de manera simultánea. Esto genera a su vez restricciones en las relaciones
económicas y culturales. La ONU, luego de una larga negociación, lo resolvió
asignando a la República Popular China el puesto de miembro no permanente en
1971, dejando en suspenso el estatus político de Taiwán.
De la veintena de países que
sostienen relaciones diplomáticas con Taiwan, la mitad están en América y la
mayoría son de Centroamérica y el Caribe
Insular. Esta correlación va cambiando con los anuncios de establecimiento de
relaciones diplomáticas con la República Popular de China, por parte de Costa
Rica (junio 2007), Panamá (junio 2017) y
Rep. Dominicana (mayo 2018). Lo que deja
en saldo favorable en relaciones diplomáticas con Taiwan a: Belice, Haití, El
Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay, San Cristóbal y Nieves,
Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas. En el resto de los países, la
representación de intereses de Taiwan recibe otras denominaciones: Oficina
Comercial y Cultural, Oficina de Enlace, entre otras.
Si bien el número de misiones
diplomáticas es relevante, hay otros aspectos en este cambio en la presencia
geopolítica de China. Para el Caribe, como para el resto de América Latina, si
bien las variables de la cooperación económica y cultural y en el sistema
crediticio son atractivos, en términos
generales, la relación comercial es asimétrica y desigual.
El ascenso de las relaciones de
China con la región del Caribe (en sus expresiones de Caribe Insular y Gran
Caribe) se refleja en la generación de varios mecanismos multilaterales de
diálogo y cooperación:
Foro Ministerial China-CELAC. El
Primero se realizó en 2015 en Beijing, el Segundo en Santiago de Chile, Enero
2018. En el marco de este Foro se desarrolló el encuentro China-CARICOM a
través del COFCOR, presidido por la Canciller de Barbados, la Senadora Maxine
McClean, el cual sirvió de acercamiento para un mecanismo más formal que
celebrará reunión a fines de 2018: el Foro de Cooperación Económica y Comercial
China-Caribe.
La Asociación de Estados del
Caribe (AEC) como organización del Gran Caribe que reúne los grupos regionales
de CARICOM, Centroamérica, los Tres continentales y los No agrupados, en su
reciente reunión ordinaria de Consejo Ministerial, celebrada en la Isla de
Margarita (marzo 2018) y de la II Conferencia de Cooperación de la AEC contó
como país invitado especial a China. “Estamos dispuestos a ampliar la
coordinación con los países del Caribe y promover el desarrollo sostenible en
el marco de nuestras relaciones bilaterales”, fue una de las frases que acuñó
el señor Yin Hengmin, representante especial del gobierno chino para Asuntos de
América Latina y el Caribe.
El caso distintivo es el de Cuba.
Desde septiembre de 1960 estableció relación diplomática con la República
Popular China, dejando de lado la relación que había sostenido con Taiwan
(Formosa). El elemento ideológico estuvo marcado por las distancias de
China-Rusia, pero en términos diplomáticos la relación fue estable. A partir de
1988 se fortalece con la creación de la CMIREC (Comisión Mixta
Intergubernamental para las Relaciones Económicas y Comerciales). Desde 1999
con los cambios en la política económica y en las relaciones exteriores de
China se han generado otros mecanismos de cooperación, crediticia y de
inversiones, tributación, joint venture
y otras figuras que amparan las relaciones económicas entre ambos países.
Algunos otros aspectos quedan en
agenda de seguimiento y análisis. En lo bilateral puede haber elementos
particulares, pero en todas ellas la coincidencia es un incremento sustantivo
de la presencia económica y cultural de China en el Gran Caribe.
*Profa FACES/ ARIG /
EEI
@mirnayonis
China en Celac
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