martes, 13 de marzo de 2018

ALBA en Caracas: artificio y trasfondo



Espacio de reflexión sobre la realidad internacional a cargo de docentes e investigadores vinculados al postgrado de relaciones internacionales y globales de la UCV.  Opiniones, comentarios y reflexiones sobre distintos temas de la agenda internacional y de las relaciones exteriores  de Venezuela que combina lo interméstico y global


Mirna Yonis*


El pasado 05 de marzo, el Palacio de Miraflores y el Cuartel de la Montaña, en Caracas, fungieron de escenarios para una nueva edición del formato de reunión cumbre extraordinaria de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América. La naturaleza de las doce delegaciones asistentes es apenas una de las consideraciones para evaluar el impacto de la Declaración final de esta reunión Cumbre de la ALBA en un contexto regional que mantiene en agenda el tema de la Situación Venezuela, pero que a la par concentra atención en otros asuntos del multilateralismo regional.

La matemática diplomática elemental nos permite decir que no estuvieron todos los que son, porque apenas la mitad de los países estuvo representada por su presidente o jefe de gobierno (solo cinco de doce miembros). De la cuota caribeña en la ALBA, solo Dominica estuvo presente con la figura de su Primer Ministro Roosevelt Skerrit,  mientras que el resto de las otras siete representaciones caribeñas acreditó a sus ministros de relaciones exteriores. Emergieron algunos titulares sobre las fisuras de compromiso caribeño hacia el gobierno venezolano. Consideramos que es un reduccionismo inmediatista cuando la ‘realidad’ es más compleja. En estas reuniones del multilateralismo regional, cada una de las partes suma no siempre armónicamente sus intereses particulares y busca converger en los “declarados” intereses comunes.

Es pertinente señalar que los ocho países Caribeños (insistimos más del 50% de miembros ALBA), estuvieron la semana previa junto a sus otros socios regionales en una reunión interanual de mandatarios de CARICOM, que se realizó los días 26 y 27 de febrero en Puerto Príncipe, Haití. La evaluación de las prioridades de la agenda caribeña pasó por los temas álgidos de estos países pero muy particularmente, entre otros, en las fórmulas de la cooperación internacional para el desarrollo, la defensa de su condición diferenciada de países en desarrollo en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la  estrategia regional frente a las secuelas de los huracanes como parte de la estrategia de Resiliencia Climática, y las acciones para defender la posición de los países caribeños frente a los criterios indiscriminados de transparencia que se están aplicando para definir paraísos fiscales.

El tema Venezuela no apareció ni en los discursos ni en las declaraciones de prensa de la CARICOM. Solo la muy puntual y tradicional mención del punto “Asuntos de Fronteras” en el cual reiteraron el apoyo firme e inequívoco de la Comunidad del Caribe para el mantenimiento y la preservación de la soberanía e integridad territorial de Guyana. Y expresaron “su total confianza” en la decisión del Secretario General de la ONU al elegir a la Corte Internacional de Justicia como ‘el medio que ahora se utilizará para la solución de la controversia’ entre Guyana y Venezuela. Esto, en contraposición a la declaración del gobierno de Venezuela de rechazar tal decisión.

Lo intempestivo de esta convocatoria extraordinaria de la ALBA para rendir tributo a la memoria de Hugo Chávez en el Cuartel de la Montaña dejó pocas posibilidades de ser atendida por varios de los líderes caribeños que han mostrado su apoyo incondicional al gobierno de Nicolás Maduro en la esfera regional. Baste mencionar dos ausencias a la cita en Caracas: por una parte, el Primer Ministro de San Vicente y las Granadinas (Ralph Gonsalves), por estar cumpliendo una visita oficial programada de cuatro días en Surinam; por la otra, el Primer Ministro de Grenada (Keith Mitchell) por estar en el fragor electoral de la última semana de campaña en la que se juega la posibilidad de un quinto mandato.

La Declaración de Caracas que emana de esta reunión extraordinaria de la ALBA constituye un artificio en el que se rinde tributo enunciativo a dos difuntos fundadores del mecanismo (Hugo Chávez y Raúl Castro) y en un mal enjuagado uso de las frases de Simón Bolívar; los embelecos de la diplomacia para mostrar la legitimidad de un régimen que se ha visto cuestionado en otros marcos multilaterales mundiales y regionales.

@mirnayonis



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