Espacio de reflexión sobre la realidad internacional a cargo
de docentes e investigadores vinculados al postgrado de relaciones
internacionales y globales de la UCV.
Opiniones, comentarios y reflexiones sobre distintos temas de la agenda
internacional y de las relaciones exteriores
de Venezuela que combina lo interméstico y global
Luis Angarita *
Bastante se ha hablado de lo difícil que se presenta el cronograma de pagos
en el año 2017 para los compromisos de deuda que tiene el Estado venezolano con
el resto del mundo. Pero nadie sabe, a ciencia cierta, cual es la magnitud de la
deuda externa de nuestro país.
En un breve recuento podemos reseñar que, durante el periodo 1998-2006, la
deuda externa de Venezuela, entre los compromisos comerciales de corto plazo, las
deudas contraídas con organismos internacionales y otros instrumentos, tuvo
como promedio 40 mil millones de dólares. Justo en este mismo período, el auge
de los precios de los commodities
llevó el monto de las reservas internacionales (RRII) del país a un récord
histórico de 43 mil millones de dólares, lo que significaba una relación de
cobertura deuda/RRII de 1:1. Pero, como es una costumbre en el sistema
financiero internacional, luego de un boom de precios, sucede una etapa de alto
endeudamiento por los países que viven esta bonanza, viviendo una ilusión de
una generosa capacidad de pagos, que colocan las cuentas externas en un
apretado compromiso futuro, y Venezuela no fue la excepción.
Para el periodo 2007-2013, la Deuda Pública Nacional creció por el orden de
220% mientras que la capacidad de pagos y de ahorros externos, representados en
los activos de reserva, bajaron por debajo de los 30 mil millones de US$, teniendo
una relación ahora de 5:1. Para profundizar esta situación, el gobierno
venezolano empezó a utilizar otros
mecanismos de endeudamiento, bien con PDVSA como una fuente alterna de
financiamiento, bien a través de Fondos Especiales, como el Chino, llevando la
deuda externa total por encima de los 200 mil millones de dólares.
Desde el 2015 no se publican cifras oficiales para hacer el debido
seguimiento de la situación externa del país, aún así, el Gobierno se jacta de
ser buen pagador dentro del sistema financiero ya que honra los pagos tanto de
servicios como de vencimiento de bonos,
de manera sistemática. Pero ¿a qué costo?
De las informaciones obtenidas de las distintas bancas de inversión que
hacen el seguimiento de la conducta de bonos en cuanto a emisión, valoración,
intercambios y vencimientos, se puede contabilizar una deuda total de 220 mil
millones de dólares y, para el mes de abril de 2017, las RRII llegaron a un
mínimo de 10,2 millardos de dólares, con una relación de 22:1, o lo que equivale
a decir que solo hay el 5% de cobertura de la Deuda Externa.
Algunos analistas señalan que Venezuela ya sufre los rigores de un default financiero. Es decir, la poca
credibilidad para adquirir compras a crédito, la obligación de realizar compras
internacionales al contado, la negociación forzada de algunos vencimientos, los
litigios y arbitrajes internacionales por la ejecución de garantías por deudas
vencidas, entre otras características.
Solo en el mes de abril, el Estado tuvo que cancelar 2.8 millardos en
servicios de deuda y vencimiento de bonos y, dentro de las pocas opciones que
tiene para refinanciar este pago, se señalan dos movimientos que confirman esta
situación. El primero es el préstamo de 1.4 mil millones de la petrolera rusa
ROSNEFT a la estatal PDVSA, reflejados en los estados de cuenta de ambas
empresas. La garantía de este préstamo no ha sido informada por el gobierno,
pero se señala que la modificación de los Estatutos de la Empresas Mixtas
sirvió para ofrecer garantías a los europeos. La segunda operación, que
reflejan los medios internacionales es la venta de Bonos PDVSA en manos del BCV
a fondos especulativos, conocidos como fondos buitres, a un precio de 23% de su
valor nominal.
Resulta difícil totalizar el efecto de todo el entramado financiero que de
forma paralela tiene con el gobierno chino y con el gobierno ruso, lo mismo que
totalizar la Deuda Externa y los compromisos de pago en el corto mediano y
largo plazo para la República. De momento, se puede señalar que queda por
amortizar un monto superior a los 5 mil millones de dólares, incluyendo un pago
por más de 3 mil millones de dólares en los meses de octubre y noviembre.
La señales no son alentadoras, ya que a medida que pasa el tiempo, el
gobierno sólo ha aumentado la descapitalización de los activos de Estado, sin
la discusión nacional que eso amerita, bien sea en la Asamblea Nacional, o en
el debate público, con la participación de las universidades, inversionistas y
demás actores involucrados. Los meses de septiembre octubre se presentara
nuevamente la urgencia de reunir recursos suficientes para honrar deudas
externas, y con el precio del petróleo proyectado, luce necesaria la reunión de
todos para definir la mejor estrategia para todos los venezolanos.
*Profesor FACES / EEII
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