martes, 20 de junio de 2017

ARIGlobal: En suspensión los principios




 
Espacio de reflexión sobre la realidad internacional a cargo de docentes e investigadores vinculados al postgrado de relaciones internacionales y globales de la UCV.  Opiniones, comentarios y reflexiones sobre distintos temas de la agenda internacional y de las relaciones exteriores  de Venezuela que combina lo interméstico y global

María Gabriela Mata Carnevali *


                                                                                                                             
Lo más oscuro es el ojo blanco del ciego

Oscuro el corazón si se disfraza de granito 

Alfredo Pérez Alencart
  
En suspensión se declaró la sesión de la OEA que trataba el caso Venezuela. Los intereses desnudaron la diplomacia de ideales democráticos, y el organismo se mostró inoperante,  al menos de momento. Entretanto, suspendido quedó el latido de otro de nuestros muchachos en las calles de Altamira, y el de su madre, que con él muere un poco, baleado el corazón.  Suspendida nuestra respiración cuando vemos asqueados a la guardia apuntar sin pudor sus armas contra la Constitución.

No hay palabras para describir lo que estamos viviendo la mayoría de los venezolanos y, sin embargo, algunos todavía voltean para otro lado. Adentro y afuera. Es más cómodo no mirar o hacer como que miro, cuando en realidad defiendo mi lugar en la mesa de negociaciones, mi cuota de poder, mi suministro de petróleo, mi subsidio, mi puesto,  mi sueldo, mi bolsa de comida.

Suspendidos debieran quedar los que de esta manera sacrifican los principios más caros al ser humano reflejados en los Derechos Humanos, disfrazando su egoísmo de ideología. 

 En verdad no creo que esto sea solo cuestión de ideología. Es, sobre todo,  cuestión de gobernanza. El término gobernanza viene utilizándose desde la década de 1990 para designar la manera en la que se ejerce el poder para gestionar los asuntos de una nación, organización o grupo. Toma en cuenta el proceso de toma de decisiones y el proceso por el que las decisiones son implementadas, o no. En el fondo no es tan neutral  pues apunta a alcanzar un buen gobierno caracterizado, además de la eficacia, por la legalidad, la participación, y la transparencia, que no pueden darse sino en Democracia; pero, en definitiva, más que en el qué se concentra en el cómo.  En el plano internacional el nivel se hace adjetivo y la gobernanza deviene gobernanza global, regional o continental.

A lo interno, lo ideológico nos tiene divididos, pero, insisto, para algunos la ideología es solo una máscara. De lado y lado hay oportunistas. Afortunadamente, de lado y lado hay también  los que se atreven a elevar sus voces críticas. Al final, lo único que puede unirnos es la necesidad de enfrentar un mal gobierno. El peor, quizás,  de los gobiernos de la historia venezolana.

A nivel hemisférico lo ideológico nos tiene divididos, pero el CARICOM no es precisamente de izquierda y fue su abstención la que obligó a dejar en suspenso la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores del pasado 19 de junio. En realidad, la OEA se debate a sí misma en el caso Venezuela, pues al final el problema fue de método, de procedimiento. Los reticentes a la censura a este mal gobierno de Maduro criticaron la manera en la que se adelantó el proceso de consultas previo a todo acuerdo. Se cuestiona la pasión de Almagro en contra de esta mancha en la evolución democrática del continente. Piden mesura, menos celeridad y más transparencia. El Caribe se sintió marginado.  O eso alegaron, por separado, algunos de sus miembros.  La verdad,  resulta obvia para todo el mundo y no hay que ahondar en ello. El Gobierno de Maduro no tuvo que ofrecer más petróleo, bastó presionar con la deuda y los 23 votos necesarios que parecían amarrados en un texto consensuado previamente, cuando El Salvador tomó la palabra, se fueron al receso y nunca volvieron completos. El alegato de los que a última hora se abstuvieron fue que no fueron consultados.

 También hubo diferencias de fondo con la constituyente y el llamado a elecciones como los extremos de la cuerda objeto del estira y encoge,  pero es que el fondo no podrá discutirse si no se baja el tono y  acuerdan un método.  Tendrán que salir mediadores. ¿Busca El Salvador ese papel?


La política es un arte, la diplomacia también. El arte de conciliar intereses opuestos. Habrá que crecerse con voluntad creativa para darle forma positiva a la resistencia y a la gobernanza continental.  Me anima la convicción aprehendida en las calles de que el bravo pueblo venezolano hará su parte y se erigirá una vez más como faro de libertad.


 Profa FACES/ ARIG EEI
matacarnevali@gmail.com


                      

                      
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