Espacio de reflexión sobre la realidad internacional a cargo de docentes e investigadores vinculados al postgrado de relaciones internacionales y globales de la UCV. Opiniones, comentarios y reflexiones sobre distintos temas de la agenda internacional y de las relaciones exteriores de Venezuela que combina lo interméstico y global
Felix Arellano*
Urge una mayor reflexión desde la familia, la academia, los medios de
comunicación y la sociedad civil en general sobre los nuevos retos y desafíos
que nos plantea la globalización y las soluciones negociadas que debemos
construir.
El mundo se globaliza profundamente, al
extremo que cuando se define la 4ta revolución industrial, se destaca la
progresiva presencia del internet en lo cotidiano; es decir, nuestra vida
diaria cada día más interconectada en redes globales. Es un hecho que a la
globalización le debemos muchos beneficios, pero estos días nos ha mostrado una
de sus facetas negativas, con el impactante ciberataque global, que según algunos
medios estiman ha afectado aproximadamente 150 países. Pero también se ha
informado de un nuevo brote del virus del ébola en África. Para los radicales
la solución se orienta a romper los vínculos con la globalización, construir
muros, fortalecer la soberanía nacional; falsos discursos, que no resuelven los
problemas, crean nuevos y evaden las soluciones efectivas que tiene que ver
con: diálogo, negociación y cooperación que nos permitan un mundo global basado
en reglas.
Este nuevo ciberataque ha impactado por
su extensión y profundidad, según expertos se trata de un secuestro exprés
informático a escala mundial. Un virus que penetra un equipo y rápidamente se
propaga a todos los equipos que estén interconectados en red y no permite ver
la información, denominado como “WannaCry”. Quienes controlan el virus y
el ataque exigen un rescate para que el usuario pueda recuperar la información,
pagadero preferiblemente en la moneda en red llamada bitcoin, que
facilita la impunidad, pues dificulta el rastreo de los infractores. Todo esto
ocurriendo en el mundo de la electrónica, lo que ayer parecía ficción y la
capacidad humana lo hace realidad.
Los daños de este ciberataque global,
resulta prematuro precisarlos, pero algunos medios contabilizan más de 75 mil
afectados, cifra que incrementará en la medida que se pueda conocer la cantidad
de computadoras personales afectadas. Por lo pronto, se registran consecuencias
en el sistema de salud del Reino Unido y de Colombia; universidades chinas,
instituciones públicas y banca privada en Rusia; el sistema de trenes y el
Deutsche Bank en Alemania y empresas poderosas como Renault, Telefónica en
España, Nissan, BBVA, KPMG, entre otras.
Pero la globalización nos ha dejado ver
otras diversas facetas negativas; al respecto, cabe destacar los llamados
ilícitos internacionales, entre los que destacan: el comercio mundial e ilegal
de personas, órganos, estupefacientes y armas; también se globalizan los virus
como el VIH o el H1N1. Igualmente enfrentamos el carácter global de muchos
problemas ecológicos, como el efecto invernadero, el debilitamiento de la capa
de ozono o el agotamiento del agua dulce, por mencionar algunos.
Frente a estos problemas, los grupos
radicales promueven las tesis de la soberanía absoluta y, desde esa
perspectiva, rechazan, entre otros, la diplomacia multilateral, las
organizaciones internacionales, la integración económica e incluso el comercio
internacional. Con la excusa de enfrentar las perversidades de la
globalización, tratan de eliminar cualquier obstáculo o limitación a su
actuación autoritaria y evitar que sean enfrentados por sus atropellos a los
derechos humanos.
Ahora bien, toda la compleja
problemática que está generando la globalización, no se resuelve cerrando las
fronteras, pues los problemas globales trascienden las fronteras, las
soluciones efectivas pasan por el diálogo, la negociación y la cooperación a
escala mundial. La dinámica negociadora sobre el cambio climático, que concluye
con los acuerdos de Paris en diciembre del 2015, es un buen ejemplo del camino
que se debería seguir para enfrentar los problemas globales; empero, los
radicales minimizan el problema, menospreciando la influencia humana en el
incremento del cambio climático o lo ridiculizan calificándole como “un cuento
chino”.
Los problemas que plantea la
globalización exigen de un gran esfuerzo de negociación y cooperación a escala
mundial; por tanto, se debería fortalecer la diplomacia multilateral y el papel
de las Naciones Unidas; empero, por el contrario, observamos con sorpresa como
se incrementan en el mundo las propuestas nacionalistas que promueven pasiones
y votos, pero no resuelven los problemas. Urge una mayor reflexión desde la
familia, la academia, los medios de comunicación y la sociedad civil en general
sobre los nuevos retos y desafíos que nos plantea la globalización y las
soluciones negociadas que debemos construir.
*prof FACES/ARIG
*prof FACES/ARIG
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