martes, 10 de abril de 2018

ARIGlobal: ELECCIONES EN COSTA RICA, RELIGIÓN VS POLÍTICA DE LA IDENTIDAD



Espacio de reflexión sobre la realidad internacional a cargo de docentes e investigadores vinculados al postgrado de relaciones internacionales y globales de la UCV. Opiniones, comentarios y reflexiones sobre distintos temas de la agenda internacional y de las relaciones exteriores de Venezuela que combina lo interméstico y global


Fidel Canelón*



            Por varias razones, las elecciones presidenciales y legislativas costarricenses de 2018 han estado llenas de elementos novedosos para el país centroamericano y América Latina en general. La elección del politólogo de 38 años Carlos Alvarado en la segunda vuelta celebrada el 1ro de abril, profundiza el sendero de renovación de la clase política tica, no solo por la juventud del nuevo presidente, sino por el hecho de que es el segundo mandato consecutivo que obtiene el Partido Acción Ciudadana, después del triunfo en 2014 del ahora presidente saliente, Luis Guillermo Solís.

Se confirma, de esta manera, el fin del dominio bipartidista en el país centroamericano, si tomamos en cuenta que los dos grandes partidos tradicionales, el PLN (Partido de Liberación Nacional) y el PUSC (Partido Unidad Socialcristiana) no pasaron ni siquiera a la segunda vuelta presidencial. Fundado en 2000 por Ottón Solís, quien fue tres veces su candidato presidencial, y por otras figuras disidentes del PLN –incorporando  incluso, posteriormente, a dirigentes del PUSC-  el PAC es un partido que comparte rasgos con otras organizaciones políticas emergentes en América Latina en las dos últimas décadas, el más importante de los cuales es que no tienen una identidad ideológica determinada, sino que el énfasis está en temas concretos de la sociedad contemporánea que han tomado vuelo en estos tiempos de globalización, como la lucha contra la corrupción, la profundización de la participación ciudadana, la preservación del ambiente, así como los temas de igualdad de género, la comunidad LGBT y la defensa de los derechos de otras minorías, como las étnicas.

La conexión del PAC con estos temas llevó a designar como primera vicepresidenta en la fórmula de Alvarado a Epsy Campbell, una popular y mediática líder negra, que se convirtió en la primera mujer afrodescendiente de Costa Rica y América Latina que ocupa ese importante cargo. De profesión economista, tiene una importante trayectoria en las luchas sociales de su país y en la región, principalmente todo lo que tiene que ver con la defensa de los derechos de la población negra, la discriminación de la mujer y defensa de minorías en general. Esta labor social la llevó a aspirar en dos ocasiones (2010 y 2014) a la candidatura de su partido, con destacadas votaciones en ambos casos, pese a ser derrotada por Ottón Solís y Luis Guillermo Solís, respectivamente. De manera que el logro de la vicepresidencia no fue una concesión graciosa de su partido, sino un reconocimiento a su trabajo de años y a la proyección que ha alcanzado en su país con sus luchas identitarias.

Otro de los aspectos más notorios de la campaña electoral costarricense es la relevancia que tuvo en la campaña la propuesta del matrimonio igualitario, la cual acaparó el debate en las últimas semanas, desplazando a los issues que tradicionalmente concentran la atención, como los problemas económicos, el desempleo y la inseguridad. El que sacó mayor provecho de este clima fue Fabricio Alvarado, candidato de un pequeño partido evangélico, quien fue el más férreo opositor al matrimonio igualitario y al aborto, ganando inesperadamente la primera vuelta, con el 24% de los votos, por encima de Carlos Alvarado, con el 21%. Si bien este pastor evangélico perdió en la segunda vuelta, hay que destacar el crecimiento exponencial que tuvo su organización (Partido Restauración Nacional) que en las elecciones de 2014 solo había logrado el 1,5 % de los votos. El PRN pasó de 1 diputado a 14 diputados en el parlamento, convirtiéndose en la segunda fracción de éste, solo superada por los 17 diputados del PLN.

Son muchas las reflexiones que quedan por hacer sobre estas elecciones ticas. El protagonismo tan acentuado de los temas identitarios en unas elecciones en cierta forma es una novedad en América Latina –si dejamos a un lado la visibilidad del tema indígena en Bolivia en la primera elección de Evo Morales, y la gravitación de los zapatistas en México en los 90 y comienzos de los 2000- que quizá pueda atribuirse a la gran estabilidad económica, política y social alcanzada por Costa Rica, que permitió dirigir la atención en estos temas alternativos, tal como sucede en varios países desarrollados. Por otra parte, si bien conocemos la expansión creciente de las corrientes evangélicas por distintos países de América Latina –llegando en algunos de ellos a igualar o superar al catolicismo- y sus progresivas aspiraciones políticas, puede decirse que nunca habían llegado tan lejos. Fabricio Alvarado estuvo cerca de convertirse en el primer pastor evangélico presidente en nuestra región. Son signos de que los tiempos están cambiando y seguramente en el futuro veremos otras confrontaciones álgidas entre las políticas de la identidad y las políticas confesionales.

 *Prof  FACES/ EEI

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